El bosque termófilo es el piso de transición entre la vegetación costera dominada por los matorrales xerófilos (tabaibal-cardonal) y la zona boscosa del Monteverde (en el Norte) o Pinar (en el Sur). Existen numerosas especies de hojas coriáceas (endurecidas) y raíces bien desarrolladas para la búsqueda del agua. Son abundantes los árboles pequeños, pertenecientes a pocas especies, pero dominan los arbustos. Los suelos están bien desarrollados por lo que las condiciones para el desarrollo de la vegetación son buenas.
Altura
Las comunidades vegetales pertenecientes al bosque termófilo se encuentran muy localizadas. En las zonas de medianías (entre los 300 y los 700 metros de altura) comienzan a darse las condiciones apropiadas para la aparición de los primeros árboles.
Precipitaciones
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Los bosques termófilos no se hallan directamente afectados por el mar de nubes. Reciben unas precipitaciones de entre 350 y 600 mm. al año, y exigen unas condiciones térmicas poco contrastadas, con unos niveles buenos de insolación.
Características climáticas
La zona en la que se asienta este tipo de vegetación se caracteriza por unas condiciones climáticas intermedias: temperatura media anual que oscila entre los 16 y los 18º C, y precipitación media anual de 500 litros, aunque con escasez de lluvias durante la mitad del año (de primavera a otoño).
¿Qué especies constituyen el bosque termófilo?
Estado de conservación
La vegetación del bosque termófilo ha sufrido una espectacular disminución como consecuencia del intenso aprovechamiento que el hombre ha hecho de ella. El lugar que ocupa el bosque termófilo ha sido tradicionalmente zona de establecimiento poblacional. Esta zona ha sido las más utilizada para la agricultura, por lo que la vegetación potencial ha sido roturada. La palmera es la especie que más aparece, ya que tuvo un aprovechamiento por parte del agricultor.
De interés
Este piso ha sido denominado también sabinar-palmeral, por ser dos de las principales especies que lo componen, aunque aparecen siempre acompañadas por otras, tanto herbáceas como arbustivas. En Canarias, junto a las especies ya citadas y otras tales como el acebuche, el olivo salvaje, el peralillo o marmolán, se hallan numerosas especies arbustivas de gran interés. Entre ellas están el espinero, granadillo, jazmín, etc., que contribuyen a formar en su conjunto una de las comunidades de mayor riqueza en las Islas.